Vender piso por divorcio

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Vender un piso tras un divorcio no tiene por qué ser complicado. En PisoAlContado somos especialistas en facilitar este proceso, ofreciendo soluciones rápidas y seguras para que puedas dar este paso con tranquilidad.

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Cuando te enamoras y tienes un proyecto de vida con otra persona, lo más habitual es que la relación evolucione hasta llegar al punto de decidirse a comprar un piso a medias. Lo más sensato llegado el momento es realizar una compra de vivienda en régimen de separación de bienes, de manera que ambos cónyuges conserven su propio patrimonio y lo gestionen con total autonomía. Por desgracia, no todas las parejas toman esta decisión y es entonces cuando se dan los problemas que requieren una venta vivienda familiar tras divorcio.

No eres la primera persona que pasa por este desenlace fatal, de hecho, en España se producen unos 100.000 divorcios anuales. En PisoAlContado lo sabemos, ya que somos especialistas en ayudar a nuestros clientes con su venta vivienda familiar tras divorcio. Podemos ayudarte a hacer que el trámite sea más sencillo y a que consigas el dinero que necesitas de manera rápida.

Mi ex no quiere vender la casa

Una de las peores situaciones que puedes vivir es separarte de tu pareja y enfrentarte a discusiones y problemas constantes porque la vuestra sea una separación con hipoteca a medias.

La mejor opción para solucionar este problema sería tratar de llegar a un acuerdo ambas partes, en la que la vivienda quede a la venta de forma que, con el dinero de la transacción, se pueda cancelar la hipoteca y dejéis de tener cosas en común.

Incluso siempre podrías plantearte comprar mitad piso a tu pareja, de manera que puedas quedarte con la totalidad de la propiedad y habitarla, alquilarla o venderla a un mejor precio, si es lo que deseas.

No obstante, no siempre es tan fácil que las parejas que se acaban de separar lleguen a acuerdos, especialmente cuando uno de los dos todavía habita la propiedad y se niega a la venta vivienda familiar tras divorcio o incluso a asumir su parte del gasto de la hipoteca.

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¿Por qué la venta de vivienda familiar tras divorcio es la mejor opción?

Evita las discusiones

Una propiedad en común es objeto de problemas y enfrentamientos constantes entre vosotros.

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Si habéis hecho una separación con hipoteca a medias, podrás cancelarla vendiendo la propiedad.

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Si tienes dudas sobre alguno de los aspectos del proceso, uno de nuestros asesores se pondrá en contacto contigo para resolverlas. Somos un servicio encarado a nuestros clientes, por lo que te garantizamos un servicio de calidad, sin las complicaciones o el estrés de los métodos tradicionales de venta.

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Opciones para vender la vivienda familiar tras un divorcio

Cuando una pareja decide divorciarse, la vivienda familiar suele ser uno de los bienes más importantes y, al mismo tiempo, el que genera más dudas y conflictos. Existen diferentes alternativas para gestionar esta propiedad y opciones que pueden hacer más sencillo el proceso. Aquí exploraremos las mejores formas de manejar la vivienda compartida tras el divorcio, desde la venta directa hasta la extinción de condominio y la posibilidad de alquilar.

¿Es obligatorio vender el piso tras el divorcio?

En el contexto de un divorcio, la venta de la vivienda familiar puede no ser una obligación, pero muchas veces es la mejor solución para evitar problemas financieros y emocionales. Vender el piso ayuda a simplificar la división de bienes y a liberar a cada cónyuge de las obligaciones compartidas, como el pago de hipoteca, impuestos y otros gastos. Sin embargo, si uno de los cónyuges quiere conservar la vivienda, existen alternativas, aunque estas requieren un acuerdo claro entre ambas partes.

Cuando no hay acuerdo para vender, es posible que uno de los cónyuges solicite una intervención judicial para resolver la situación. En estos casos, el juez podría ordenar la venta del inmueble, sobre todo si se demuestra que mantener la propiedad genera conflictos o perjuicios económicos para alguno de los cónyuges. La venta ordenada por un juez puede realizarse incluso mediante subasta pública, lo cual podría reducir el precio de venta entre un 20% y un 30% respecto al valor de mercado.

Alternativas para gestionar la venta de una vivienda compartida

Además de la venta directa, existen otras opciones que permiten resolver la propiedad compartida de la vivienda familiar. La extinción de condominio es una alternativa que permite a uno de los cónyuges adquirir la parte de la vivienda del otro. Esta opción evita que ambos continúen como copropietarios y ofrece ventajas fiscales, como la exención del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) para el comprador y la exención de la plusvalía municipal para el vendedor.

Otra alternativa es el alquiler de la vivienda, que permite mantener la propiedad mientras se generan ingresos compartidos. No obstante, esta opción requiere acuerdos específicos sobre la administración de los ingresos y gastos, lo cual puede resultar complicado si existen tensiones entre ambos. Además, el alquiler puede prolongar el vínculo entre los ex cónyuges, algo que no siempre es deseable tras un divorcio.

Venta, extinción de condominio y división de bienes: ¿cuál es la mejor opción?

Para muchos, la venta directa es la salida más sencilla, ya que permite obtener liquidez y dividir los beneficios de manera justa. La extinción de condominio puede ser ideal si uno de los cónyuges desea quedarse con la propiedad. En este caso, el que conserva el inmueble paga al otro su parte correspondiente, evitando así una venta externa.

Si ninguna de las partes está dispuesta a ceder su parte de la propiedad, el último recurso es la división de la cosa común. Este proceso legal, regulado por el Código Civil, implica una venta forzada, normalmente a través de una subasta pública. Esta opción, aunque efectiva, suele ser menos rentable, ya que el precio final de venta puede ser hasta un 30% inferior al valor de mercado.

Cómo dividir el dinero de la venta entre los cónyuges

Una vez acordada la venta de la vivienda, es esencial establecer el reparto del dinero obtenido. En un régimen de gananciales, el importe se divide al cincuenta por ciento entre ambos cónyuges, a menos que se haya establecido un acuerdo diferente. Este reparto igualitario aplica siempre que la propiedad haya sido adquirida durante el matrimonio con bienes comunes.

En los casos de separación de bienes o cuando la pareja se ha constituido como pareja de hecho, el reparto de los ingresos de la venta se realiza según el porcentaje de titularidad reflejado en las escrituras. Esta división proporcional garantiza que cada uno reciba la parte correspondiente a su participación en la compra de la vivienda, eliminando así futuros conflictos.

Preguntas frecuentes sobre vender mi piso por divorcio al contado

¿Es obligatorio vender la vivienda familiar tras el divorcio?

No, no es obligatorio. La decisión de vender la vivienda dependerá de los términos acordados entre ambas partes durante el proceso de divorcio.

Por lo general, los beneficios de la venta se dividen equitativamente entre ambas partes, a menos que el acuerdo de divorcio especifique lo contrario.

Sí, es posible, pero ambas partes deben estar de acuerdo con la venta y el reparto de los beneficios, o debe haber una orden judicial que lo permita.

Si la vivienda aún tiene una hipoteca, los beneficios de la venta se usarán primero para pagar la deuda pendiente. Lo que quede después del pago de la hipoteca se repartirá entre las partes.

Aspectos legales según el régimen matrimonial

El régimen matrimonial afecta directamente cómo se gestionan y dividen los bienes en caso de divorcio, especialmente cuando se trata de la vivienda familiar. Ya sea que estés en régimen de gananciales, separación de bienes o en una pareja de hecho, cada situación implica distintos requisitos legales y fiscales. A continuación, exploraremos cómo funciona cada régimen en el proceso de venta, y las implicaciones legales si adquiriste la casa antes del matrimonio.

Vender la casa en régimen de gananciales

Bajo el régimen de gananciales, los bienes adquiridos durante el matrimonio se consideran de propiedad compartida. La venta de la vivienda familiar requiere la disolución del régimen de gananciales, lo cual suele realizarse a través del convenio regulador del divorcio. Este documento establece cómo se dividirán los bienes y las responsabilidades tras el divorcio, incluyendo la titularidad de la vivienda familiar.

La ley exige que ambos cónyuges estén de acuerdo y firmen todos los documentos de venta. Esto incluye el contrato de intermediación inmobiliaria, las arras y la escritura de compraventa. En caso de desacuerdo, el cónyuge que desea vender puede solicitar la intervención de un juez para garantizar la venta de la propiedad y la división del valor obtenido.

Vender la vivienda familiar en separación de bienes

En el régimen de separación de bienes, cada cónyuge es propietario de los bienes adquiridos con sus ingresos individuales. La venta de la vivienda familiar en este régimen depende de la titularidad establecida en las escrituras. Si ambos figuran como propietarios, deberán acordar el reparto según la proporción de titularidad.

Este régimen permite una mayor flexibilidad, ya que cada propietario tiene derecho a decidir sobre su parte de la vivienda sin la necesidad de disolver un régimen común. La venta en estos casos suele ser más sencilla, siempre que exista un acuerdo entre las partes. En caso de conflicto, pueden recurrir a la extinción de condominio o a la venta a terceros si la relación lo permite.

Cómo afecta el régimen de pareja de hecho a la venta de la casa

En el caso de una pareja de hecho, las normativas varían dependiendo de la comunidad autónoma, pero en términos generales, cada miembro es propietario de su parte proporcional de la vivienda según lo establecido en las escrituras. Esto significa que ambos deben estar de acuerdo para vender la propiedad, o bien uno de los dos puede optar por comprar la parte del otro.

Si no existe acuerdo, pueden vender su parte de la vivienda a un tercero, aunque en este caso el otro miembro de la pareja de hecho tiene un derecho de adquisición preferente para igualar la oferta. Al igual que en otros regímenes, el contrato de compraventa y los impuestos aplicables deben reflejar la titularidad compartida de acuerdo con las normas legales.

¿Qué pasa si compraste la casa antes del matrimonio?

Cuando la vivienda ha sido adquirida antes del matrimonio, el inmueble pertenece al cónyuge que lo compró, salvo que existan aportaciones significativas del otro cónyuge. Sin embargo, si la vivienda ha sido utilizada como domicilio familiar y se ha pagado una hipoteca de manera conjunta durante el matrimonio, esta puede considerarse en parte bien común.

El Código Civil establece que si se cumplen los siguientes requisitos, la parte proporcional pagada durante el matrimonio podría repartirse: haber contraído matrimonio en régimen de gananciales, que la vivienda sea el domicilio familiar, y que ambos hayan contribuido al pago de la hipoteca. Este matiz legal asegura que ambos obtengan una compensación justa por las aportaciones realizadas, a pesar de la titularidad original.

Vender parte separación

En el contexto de un divorcio, la venta de la vivienda familiar puede convertirse en un punto crucial. Cuando un matrimonio se disuelve, la propiedad común a menudo se convierte en objeto de disputa. Una opción común para resolver este problema es vender la propiedad y dividir las ganancias entre las partes.

El proceso de vender la parte de separación implica que uno de los cónyuges compra la parte del otro. Este puede ser un camino viable si uno de los cónyuges quiere conservar la vivienda y tiene los recursos económicos para hacerlo. Es una decisión que debe ser acordada por ambas partes, y en algunos casos puede requerir la aprobación de un juez.

Para definir el valor de la propiedad, es recomendable obtener una evaluación profesional. Esto garantiza que ambos cónyuges reciban un trato justo en la transacción. El valor de la casa se determina generalmente por el mercado inmobiliario en el momento de la venta o evaluación.

Es importante tener en cuenta que la venta de la vivienda familiar puede tener implicaciones fiscales. Por ejemplo, puede haber impuestos sobre las ganancias de capital que se deben pagar. Por lo tanto, es esencial consultar con un asesor financiero o un abogado especializado en derecho de familia para comprender completamente las implicaciones fiscales de la venta.

Finalmente, vale la pena mencionar que la venta de la casa puede ser emocionalmente difícil para las partes involucradas. Por lo tanto, es vital manejar el proceso con delicadeza y comprensión, teniendo en cuenta no sólo los aspectos financieros sino también el bienestar emocional de todos los miembros de la familia.

Separacion y venta de vivienda

Uno de los aspectos más complejos que surgen tras un divorcio es la división de bienes, especialmente cuando se trata de la vivienda familiar. En muchas ocasiones, se opta por la venta del inmueble para dar fin a los vínculos económicos existentes entre las partes. Sin embargo, este proceso no siempre es sencillo y puede generar conflictos adicionales.

El primer paso para proceder a la venta de la vivienda es acordar las condiciones de la venta, entre las que se incluyen el precio de venta, la forma de repartir los beneficios y la gestión de los gastos asociados a la venta. Estos detalles deben ser consensuados y, preferiblemente, plasmados en un contrato de venta para evitar malentendidos futuros.

En caso de no llegar a un acuerdo, puede ser necesaria la intervención de un mediador o, en último caso, de un juez. En estos casos, se realizará una valoración judicial de la vivienda para determinar el precio de venta. En muchos casos, esta opción puede ser menos beneficiosa para ambas partes, ya que la valoración judicial suele ser inferior a la del mercado.

Es importante recordar que al vender un piso para comprar otro tras un divorcio puede tener implicaciones fiscales. Entre ellas destaca el impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana, comúnmente conocido como plusvalía municipal, que debe ser abonado por la persona que vende la vivienda.

En resumen, la venta de la vivienda familiar tras un divorcio puede ser un proceso complejo que requiere del acuerdo entre las partes y una correcta planificación. Ante cualquier duda, siempre es aconsejable contar con la asesoría de un profesional en la materia.

Separación de pisos

La separación de los pisos tras un divorcio puede ser un tema complejo y lleno de emociones. Es importante recordar que, aunque la decisión de divorciarse puede ser difícil, el proceso de separación de los bienes debe ser manejado de manera justa y equitativa. La vivienda familiar habitualmente es uno de los bienes más valiosos que los cónyuges deben dividir.

El primer paso es determinar si la vivienda es un bien común o privativo. Los bienes comunes son aquellos adquiridos durante el matrimonio, mientras que los bienes privativos son los que cada cónyuge poseía antes del matrimonio o que ha recibido a título personal (por ejemplo, una herencia) durante el matrimonio.

En muchos casos, la venta de la vivienda puede ser la opción más justa y viable. Los beneficios de la venta se distribuirían entre las partes de acuerdo al porcentaje que cada una tenga en la propiedad. Este proceso puede ser facilitado por un agente inmobiliario experimentado que entienda las particularidades de vender una vivienda en un divorcio.

Si uno de los cónyuges desea quedarse con la vivienda, deberá comprar la parte del otro. Para ello, se deberá realizar una tasación de la vivienda para determinar su valor de mercado. Luego, el cónyuge que se queda deberá compensar al otro por su parte correspondiente.

Es importante recordar que, en cualquier escenario, la decisión debe ser tomada con el asesoramiento de profesionales, incluyendo abogados y asesores inmobiliarios, para asegurar que se tomen decisiones justas que protejan los intereses de ambas partes.

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